miércoles, 23 de febrero de 2011

Una situación de riesgo...¡¡financiero!!

En nuestra vida diaria, cada uno de nosotros asumimos distintos tipos de riesgos dependiendo de nuestro trabajo, de la zona en la que vivimos, de nuestra manera de conducir... Pero en esta ocasión nos vamos a referir a un tipo de riesgo concreto, el riesgo diario de los inversores y personas dedicadas a las finanzas, los riesgos financieros.

En el post anterior os hablaba sobre los riesgos que algunos inversores logran evitar mediante el "Insider Trading", pues bien, estos riesgos financieros no son más que la probabilidad de que ocurra algún hecho que tenga consecuencias negativas sobre una acción financiera que se ha llevado a cabo. Dependiendo de la estrategia seguida por cada inversor a favor o en contra del mercado, cada cual obtendrá ganancias o pérdidas si los resultados aumentan o disminuyen, por lo que no conviene asumir riesgos elevados, sino tener cierta seguridad en las acciones o inversiones que se realizan para evitar perder grandes sumas de dinero. Para ello, pueden basarse, por ejemplo, en los últimos resultados y hacer predicciones de futuro antes de invertir.

Nos podemos encontrar principalmente ante tres tipos de riesgos:

  • Por un lado encontramos los riesgos de crédito, que son las posibles pérdidas que asumen los agentes económicos cuando no se cumplen las obligaciones establecidas en un contrato. Se suele dar en los bancos e instituciones financieras con clientes corporativos o particulares al prestarse dinero a través de tarjetas de crédito, hipotecas, préstamos...pero también puede a afectar a empresas y particulares al firmar un depósito, ingresar dinero en un banco, vender a plazo... Para protegerse ante estos riesgos, tanto instituciones financieras como los gobiernos, crean diferentes mecanismos tales como los derivados de crédito (contratos financieros bilaterales), los límites de crédito, seguros de impago, o leyes de protección, como es el caso en España del "Fondo de garantía de depósitos", un fondo financiado por diferentes bancos, cajas de ahorros y el Banco de España cuyo objetivo es cubrir las pérdidas que puedan sufrir los depositantes por el incumplimiento contractual de alguna entidad financiera. Además, se hacen previsiones acerca de las posibles pérdidas esperadas e inesperadas, las cuales el Banco de España mediante diversas circulares obliga a gestionar, clasificar y cubrir.      
  • Por otra parte, podemos encontrar el riesgo de liquidez, uno de los más importantes, ya que los bancos e instituciones financieras han de tener diariamente disponible la cantidad en efectivo necesaria para pagar sus obligaciones (concesión de un préstamo, final del término de un depósito, retirada de dinero de un cajero...). Para intentar reducir este riesgo, además del control de los supervisores bancarios, las instituciones financieras llevan a cabo cálculos diarios de la cantidad de dinero que se va a necesitar y en qué fechas, así como del dinero que van a recibir. Un desajuste entre las cantidades de dinero y las fechas lleva a lo que se conoce como "descalce", que hace parecer el banco o institución insolvente, hecho que no es bien recibido por los clientes, los cuales pueden "mudarse" a otros bancos. 
  • Por último, tenemos el riesgo de mercado, que es el relacionado con todos los movimientos que se producen en los mercados financieros y las variaciones en la oferta y la demanda. Dentro de éste, podemos encontrar dos tipos de riesgos que son:
    1. Riesgos de tipos de interés, que suponen pérdidas o ganancias en títulos de intereses fijos tales como préstamos, ya que los tipos de intereses pueden variar en el mercado subiendo o bajando. Cuanto mayor es la duración del título, mayor es el riesgo, ya que esta durante más tiempo expuesto a los cambios del mercado.
    2. Riesgos de cambio, los cuales implican el aumento o disminución de valor de unas monedas sobre otras dependiendo de los activos que un agente económico coloque sobre aquellas que no utiliza en sus actividades cotidianas. Este tipo de riesgo puede evaluarse de dos maneras diferentes conociendo los componentes que caracterizan los valores de cada moneda. Por un lado tenemos aquella que utiliza el mercado monetario analizando el comportamiento de la tasa de interés; y por otro lado, la que utiliza el mercado de bienes y servicios, analizando las tasas de inflación.



Como podemos ver, no existe acción sin riesgo, por lo que antes de actuar siempre debemos analizar cada uno de nuestros pasos, tanto en el mundo financiero, como en nuestro día a día, ya que no siempre está bien ser el más valiente y asumir todos los riesgos, a veces hay que pararse a pensar y elegir situaciones que no sean precipitadas y que nos puedan aportar un beneficio mayor, aunque sea a largo plazo.

Un saludo a todos.

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